Si el ajetreo de la montaña rusa Kingda Ka te dejó con todavía más ganas de surcar el cielo y liberar adrenalina, qué mejor que desplazarnos hasta la costa oeste de Australia, más concretamente hasta Ningaloo Reef. Un bello paraje cuyo atractivo turístico radica en su naturaleza virgen repleta de formaciones de corales y cientos de especies de fauna submarina, haciendo del lugar un espacio ecológico no muy difundido entre sus más adeptos debido al debate de su explotación o conservación como enclave turístico. Sin embargo, si hay algo que llama la atención del emplazamiento son sus 330 días al año de esplendoroso sol y cielos azules libres de nubes, lo que hace de su aparición un espectáculo poco común en el lugar.
Por eso, en esta ocasión, dejamos de lado sus cristalinas aguas y hermosas tierras para despegar a bordo de un ultraligero de la clase Airborne XT912 pilotado por Gavin Penfold, de Ningaloomicrolights.com. Un viaje a más de 10.000 pies de altura donde será posible surfear por las nubes para vislumbrar en el horizonte una visión majestuosa del territorio. ¡Encendemos los motores y despegamos!
Durante el vuelo seremos partícipes de las más de 165 millas de arrecifes que pueblan las aguas de color turquesa de Ningaloo Reef, espacio designado en el año 1987 como Parque Marino de Ningaloo, aunque es más conocido por la visita de numerosas especies marinas durante su reproducción, migración y alimentación. Es el caso de tiburones ballena durante los meses de marzo a junio; y de delfines, mantas y de los carismáticos dugongos durante la época invernal.
Ningaloo Reef es la excusa ideal para deshinibirse y relajarse surfeando por las nubes, al menos, virtualmente hablando, claro.
Más información | Ningaloo Microlights
A vista de pájaro | Google Maps
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